Minimalia es un encuentro con lo básico, con la canción en su estado primal. Nuestra cultura (en sus manifestaciones urbanas emergentes y en su rica vena tradicional-ancestral) le reserva un lugar importante a lo pequeño, lo fugaz, lo diminutivo: la miniatura como una transposición del mundo a su versión chiquita, ch’iti, manejable; donde tenemos mayor control sobre las cosas. Ya se sabe que la historia ha sido injusta con nosotros. Pero aquí estamos, haciendo frente al vilipendio del progreso, de la desmesura, del radicalismo y la intolerancia...